ANA GÓMEZ

Kidom es mucho más que un parque infantil. En la primera planta del centro comercial Estepark encontramos un centro de ocio único y exclusivo para pequeños y no tan pequeños. Kidom cuenta con unas instalaciones de última generación con un gran proyecto pedagógico detrás que lo convierten en una experiencia de ocio y diversión especializada y adaptada a diferentes edades. Pero no solo eso, sino que su formado equipo humano o su oferta gastronómica convierten la visita a este centro indoor en una experiencia diferente para padres e hijos. Pero conocemos mejor el proyecto y todas las novedades que están preparando de la mano de su gerente Ana Gómez.

Kidom es un concepto diferente de centro de ocio…

Es un parque multiaventura con un trabajo detrás muy importante y podemos ofrecer muchísimas cosas. Y no es solo un parque para niños pequeños… Es un porque donde tiene cabida el niño, el adolescente, los padres, las empresas… muchas actividades y eventos pueden organizarse en estas instalaciones. El público aquí no se mide por la edad, sino por las ganas de divertirse. Queremos ser un referente porque en España no hay otro centro multiaventura como este. Hay centros de aventura, u otros que cuentan con estructuras de parque, pero no hay ninguno con estas características que reúna tanta oferta.

¿De dónde surge este proyecto?

El nombre de Kidom es una mezcla de los conceptos niño y casa u hogar, en inglés y en francés. Pretendemos que tanto el niño como sus padres aquí se sientan en casa. Con nuestros clientes recurrentes tenemos una relación directa y cercana, porque queremos que pasen una tarde agradable y que vivan experiencias que recuerden. Y con el trabajo estamos consiguiendo que el significado de Kidom sea nuestro referente: niños + familia. Se diferencia, entre otras cosas, por tener en su base un proyecto pedagógico al que se une una preocupación por la formación de nuestro personal para poder dar el máximo en lo que la atención al niño se refiere. Otro proyecto que estamos desarrollando con mucho mimo es poder ofrecer una oferta gastronómica adecuada.

¿Qué importancia tiene el factor humano en este proyecto?

Tenemos un equipo muy cohesionado y para que esto funcione es imprescindible que el equipo sea uno, que todos los miembros se presten la ayuda necesaria en todo momento y así conseguir un resultado excelente. Para mí hay una frase que resume el trabajo en equipo: “si cae uno, caen todos”. Es esencial que seamos un equipo unido y muy comunicado en todo momento. Para mí el personal que conforma nuestro equipo es muy importante. Se desviven por los niños. Trabajo con ellos la capacidad de resiliencia; en la selección del equipo busco gente muy dinámica, con una capacidad de adaptación muy alta. Los monitores tienen que ser capaces de hacer que los niños y el resto del público que disfrute de nuestras instalaciones pasen en Kidom una experiencia inolvidable, que se lleven sensaciones y recuerdos. Nos reunimos semanalmente para tener un feedback, hacemos un balance de todo lo que ha pasado durante la semana y comentamos cada jornada; así es como aprendemos y mejoramos. Las características que definen nuestro personal es la formación y su punto divertido o, mejor dicho… muy divertido.

Y tú al frente de este equipo fuerte, ¿cómo has llegado hasta aquí?

Yo vengo de Valencia, donde trabajaba en una multinacional. El sector ocio y la gastronomía siempre me han gustado mucho, pero la vida me había llevado a desarrollar mi carrera por otro camino. Hasta que me presentaron este proyecto y me pareció muy interesante. En 2019 decidí saltar al vacío y volcarme al 100 % con el proyecto Kidom. La propiedad había hecho un trabajo buenísimo en la creación de estas instalaciones. Y cuando entras en un proyecto así, con tantos detalles y tan cuidado… eso ya dice mucho de la calidad humana de los dueños de Kidom.

La situación de crisis no os ha dado tregua desde la apertura. 

Entré a formar parte del proyecto y dediqué unos meses a conocerlo hasta que tuvimos que cerrar por la pandemia. En ese momento se paran muchas ilusiones y muchos proyectos que se estaban poniendo en marcha. Ha sido un año y medio muy duro. La acogida de la gente ha sido muy buena, pero poco a poco. 

Vuestro público son niños y niñas, pero también mamás y papás, grupos, empresas o eventos.

Tenemos un público muy amplio y para cuidarlo no solo tenemos una parte de cafetería, sino que tenemos también una parte de restauración donde la oferta gastronómica se amplia. Tenemos unas instalaciones que nos lo permiten, no solo por el espacio (casi 1.750 metros cuadrados) sino por toda la equipación con la que las hemos dotado… una cocina profesional que nos da la posibilidad de crear. Contamos con los paneles de insonorización que permiten que papás, mamás o acompañantes disfruten de un ratito agradable en el restaurante en un ambiente relajado.