CLÍNICA BARCELÓ

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Sentirse bien con uno mismo, por dentro y por fuera, es algo que valoro en mi día a día. Y después de un año tan duro como este, era algo que no quería dejar de lado.

En varias ocasiones había comentado que quería hacerme un tratamiento para mi piel. Con el uso de la mascarilla, tanto tiempo en casa, el estrés… notaba que no era la misma. Pero para encomendar mi salud y bienestar buscaba profesionales en quien poder confiar sin que me asaltasen las dudas con la efectividad o la naturalidad de los resultados.

En mi grupo de amigos me habían hablado de la doctora Rosa María Barceló, en quien llevan años confiando para sus tratamientos de medicina y cirugía estética o psicología. También mi hermano decidió ponerse en sus manos para realizarse un trasplante capilar. Siguiendo su consejo decidí concertar una visita en Clínica Barceló para recuperar el buen aspecto en mi rostro.

Y ahora puedo asegurar que no hubiera podido elegir mejor. Cuando entré en la consulta ya noté la tranquilidad de que me ponía en buenas manos. Su gran profesionalidad no emborronaba el trato cercano y cálido que tanto valoro. Me hablaron con sinceridad y claridad, después de escucharme, para asesorarme sobre los mejores tratamientos personalizados para mis necesidades.

Los resultados son visibles y muy naturales. Vuelvo a reconocer mi piel. Luce sana y con buen aspecto. Ahora soy yo quien recomienda a Clínica Barceló cuando alguien me pregunta sobre mi clínica de confianza.

He ido conociendo mejor tanto a los profesionales como su trabajo y he podido descubrir algunos de los muchos tratamientos que ofrecen, como la ozonoterapia, microlipoescultura láser, rellenos dérmicos, reconstrucción mediante ácido hialurónico, mesoterapia corporal, etc. Incluso tratamientos preventivos como la terapia de vitaminas, minerales y aminoácidos vía endovenosa. Me fascina su tecnología y cómo son capaces de aplicar los últimos avances a la medicina estética.  

Recuerdo mi primera visita al centro como una experiencia muy positiva que consiguió resolver todas mis dudas; y lo mejor es que en las siguientes citas continué sintiéndome como en casa.

BÓREAS, TU MANERA DE VIVIR

Benicàssim. Ha salido un buen día de verano y quieres aprovecharlo al máximo. Aunque es sábado, te levantas temprano para poder disfrutar de un buen desayuno con tu pareja. El aroma del café recién hecho acompaña la calidez de la mañana. Bajas las escaleras y las risas de los niños jugando en el salón inundan la estancia. Por suerte, pueden salir al jardín mientras terminas ese café y te das una buena ducha. Empieza a levantarse el sol; el olor a pino y mar te trasladan a tu infancia. Por eso te encanta vivir aquí.

El plan para hoy: ir a la playa de la Almadraba, tomarte algo en una terraza y comprar tu vino favorito para la bodega del sótano. Esta noche tenéis cena con unos amigos a los que has convencido para que se vengan a vivir a la zona. Siempre disfrutas estas cenas en compañía porque haces barbacoa en el jardín y te dejan elegir la música.

Termina el día, no sin antes refrescarte en la piscina y relajarte en la tumbona. Es vuestro momento y les cuentas a los niños la historia detrás de todas esas estrellas del cielo.

Mañana será domingo, día de descanso y paella. Quizá un paseo con los niños por el parque de detrás de casa despida la jornada. La felicidad son pequeños momentos y tú eliges cómo vivir los tuyos.

 

MAGGOBER

Los electrodomésticos son una de esas inversiones en las que no me la juego. Busco el estilo y diseño que se adapten a mi casa, que cubran mis necesidades y, sobre todo, busco calidad y garantía. Y compro en Maggober porque no tengo que elegir entre calidad, diseño y funcionalidad. Siempre ha sido mi tienda de electrodomésticos de cabecera y la recomiendo cuando alguien me pregunta.

Vicente Miguel Herrera sabe asesorarme con los electrodomésticos que mejor van con mi estilo de vida y tengo la confianza de que acertaré si sigo sus consejos sin tener que perder mucho tiempo para decidir y comparar. Vicente es gerente de Maggober desde hace cerca de una década, pero está dentro del negocio toda una vida, pues antes que él era su padre quien estaba al mando de la tienda.

Recuerdo que mis padres siempre han acudido a Maggober y yo sigo sus pasos, por su producto pero también por su trato cercano y especializado. En esta segunda generación de un negocio familiar con más de 35 años de experiencia en Castelló encuentro los servicios que no ofrecen las grandes superficies y es lo que marca la diferencia.

Me gusta disfrutar de la experiencia de compra de manera completa y notar que me tienen en cuenta, que me valoran como cliente. Son una tienda de electrodomésticos exclusiva, con formación especializada, por eso pueden ayudarme durante todo el proceso, desde el asesoramiento personalizado hasta el servicio postventa.

En Maggober encuentro el plus en la atención, en su forma de venta y en cómo me escuchan para entender mis necesidades. Si hay algo que no tienen en la tienda y es el mejor producto para mí, se encargan de conseguirlo. Además, su plazo de entrega es tan corto que puedo tener mi electrodoméstico en menos de 24 horas en casa si es una urgencia.

Mi confianza se la han ganado con muchos factores, pero es que en Maggober encuentro electrodomésticos de gama alta a unos precios de mercado por los que sé que hago una inversión inteligente. Y me quedo con la tranquilidad de la garantía de su calidad y con atención si más adelante surgiera algún problema.

NORBERTO JOYERO

Norberto
Joyero

Una de las cosas que más me gustan son las fechas especiales. Me encanta coger mi rotulador rojo y señalar el día en el calendario con semanas de antelación. Esa sensación de alegría que me invade cuando sé que voy a poder celebrar un detalle importante para mí y para quienes más quiero… la ilusión de ver que se acerca el día esperado y de que voy a poder compartirlo. A veces no es una fecha concreta, sino un sentimiento o un mensaje lo que quiero celebrar; decir  un  “me importas”, “te he echado de menos” o “te amo” y hacérselo saber a esas personas especiales realmente me llena de felicidad.

Y si tanto me gustan las celebraciones, no podía ser menos con los regalos. Me entusiasma regalar, ver la cara de sorpresa y emoción de quien abre el paquete. Incluso me gusta regalarme, que a veces se nos olvida cuidarnos y valorarnos como merecemos. Para todas esas ocasiones busco detalles especiales y nunca fallo, porque siempre encuentro el regalo perfecto en Norberto Joyero.

Creo que las joyas son el complemento perfecto para cualquiera de esas cosas que queremos decir o celebrar, pero no confío en cualquiera. Cuando Norberto me abre la puerta me siento como en casa; su jovialidad, sinceridad y cercanía me transmiten tranquilidad. Además, con él encuentro siempre lo que busco en marcas de moda y calidad.

Es un negocio familiar, con amplia trayectoria en el sector y, tras más de 50 años en Castelló y con una historia a sus espaldas, ¿quién no conoce esta joyería?, saben cómo cuidar los detalles. La atención personalizada es uno de sus puntos fuertes y somos muchos quienes depositamos confianza plena en Norberto porque nos gusta vivir la experiencia de compra.

Lo visito a menudo para cumpleaños, aniversarios, nacimientos, cuando quiero sorprender con un detalle… pero sin lugar a dudas la joya de la corona es la brillantería. Podría pasar horas viendo esas piezas únicas, con estilo y calidad excelentes. Bodas, comuniones o pedidas son esas fechas tan importantes en las que nos preocupa que todo salga bien y, precisamente, la especialidad en Norberto Joyero.

Me gusta lucir sus piezas. En cierta manera, me hacen brillar, tanto en mi día a día como en ocasiones especiales.

Mi primera visita al salón VANESA HERREROS

Es un viernes cualquiera, aparentemente sin nada que celebrar. Aunque, pensándolo mejor… cualquier motivo es bueno para celebrar y nos hemos propuesto aprovecharlo. La pandemia, el confinamiento y las restricciones empiezan a hacer mella en nuestro ánimo y parece que las malas noticias acaparan los titulares durante demasiado tiempo. Necesitamos desconectar y encontrar un momento para nosotros. Necesitábamos un cambio, de esos que los demás percibirán por fuera, pero del que nosotros saldremos renovados y con ganas de comernos el mundo.

Hoy es un día especial. Quizás hasta hace poco más de un año ir a la peluquería hubiera sido algo rutinario, pero ahora, con días resumidos en el binomio casa-trabajo, es una pequeña vía de escape que queremos disfrutar. Porque ahora, más que nunca, vivir y disfrutar los pequeños detalles es lo que marca la diferencia.

Hoy me he puesto ese vestido para el que no había encontrado una ocasión y he sacado la máscara de pestañas del neceser tras varias semanas. Hoy tengo cita en el salón de Vanesa Herreros y no voy simplemente a la peluquería… voy a vivir la experiencia.

Abro las puertas e inmediatamente me envuelve esa luz cálida y especial que inunda el salón de paredes blancas, pulcras y frescas pero acogedoras, un espacio especialmente luminoso y amplio que transmite la calma que buscaba esta mañana. Vanesa Herreros me recibe personalmente y me invita a pasar. No está sola, pues pronto uno de los profesionales del salón se acerca con una sonrisa que adivino debajo de la mascarilla y se ofrece para guardar mis cosas. Por una vez, dejo el móvil en el bolso y me dejo conducir a la sala donde empiezan a mimarme.

El frío y el estrés de los últimos meses han dejado mi cabello apagado y seco; pero todo esto no hace falta que lo explique. En la peluquería de Vanesa Herreros conocen el estado de mi pelo y me recomiendan el tratamiento que más se adapta a mis necesidades. Yo me dejo asesorar y me relajo en uno de los sillones de la zona Touch Therapy.

Esa primera sala es mi lugar favorito, una especie de oasis para el relax donde no piensas en los relojes. Una de las peluqueras, casi entre susurros, me explica qué tratamiento me va a aplicar y qué beneficios aportará a mi cabello. En esta sala la luz es tenue y la música suave. Las proyecciones de destinos de ensueño me transportan a lagos de aguas cristalinas. A la vez, un aroma a menta se funde con el profundo frescor que invade mi cabeza bajo unos dedos firmes pero delicados que masajean expertos. Esa agradable frescura contrasta con el placentero contacto de unas toallas calentitas, que abrazan mi cabeza en este ambiente de calma y, sin darme cuenta, sonrío.

Mi pelo ya está limpio, hidratado y acondicionado con productos orgánicos que respetan tanto mi cabello como el medio ambiente, y eso me encanta. Una gran marca como I.C.O.N. me da la garantía de los valores y resultados que busco, y Vanesa Herreros es salón Flagship de la firma.

Pasamos a una segunda zona más desenfadada, donde se combina la profesionalidad con la cercanía de sus trabajadores. Esa luz tan característica es de nuevo la protagonista de esta nueva área de trabajo, con nuevo ambiente, nueva música y un simpático ajetreo que me devuelve al mundo real.

Es el turno para el styling, los acabados perfectos después de mi tratamiento especial. También ahora sigo los consejos de la profesional que me ha acompañado durante todo el proceso y que combina su formación con mis peticiones.

Mi pelo está brillante y natural, y yo, lista para empezar otra vez con energías renovadas después de esta pequeña pausa. Sin duda, mi visita al salón ha sido toda una experiencia. Y volveré…

OCN HOTELES

Vamos a olvidar por un momento los 13 hoteles y las casi 1.000 habitaciones ejecutadas. Dejemos a un lado también los más de 40.000 metros cuadrados construidos y los 19 millones de euros que hemos gestionado directamente. Ahora imaginemos un hotel, solo uno. Un complejo diseñado y construido para satisfacer todas las necesidades de sus clientes durante su estancia. Habitaciones equipadas y preparadas con todos los servicios para garantizar el descanso de sus huéspedes. Ilusionémonos con espacios únicos que invitan a aquedarse y cómo cada material, cada acabado y cada detalle han sido diseñados para ser disfrutados y admirados, para ser vividos. Soñemos con todas las instalaciones que podamos, para evadirse o concentrarse, para hacer deporte o el lugar de trabajo ideal. Vayamos más allá; fantaseemos con restaurantes y ambientes donde poder deleitarse con la mejor gastronomía mediterránea, lo que hay detrás de cada sorbo y cada bocado. Imaginemos aquello que es necesario para para que todo funcione a la perfección.

¿Y si no hubiera que imaginarlo? ¿Y si fueras capaz de ver cumplidos todos esos planes con los ojos abiertos? ¿Si fueras capaz de vivirlos con los cinco sentidos? Nosotros pensamos en todo ello en cada proyecto con el gran reto de hacerlo realidad.

Ahora sí, pensemos en los 13 hoteles y sus casi 1.000 habitaciones… ¿Te apetece?