CONSTANZA NUÑEZ

Constanza es, junto a Juan Fran, su marido, uno de los pilares fundamentales de Julieta Streetfood. Licenciada en psicología, llegó de Chile para completar sus estudios y se aventuró con la andadura de un foodtruck especializado en hamburguesas gourmet. Encantada con la acogida que ha recibido el proyecto desde el principio, sigue trabajando día a día por mejorar y crecer de la mano del restaurante.

¿Cómo ha evolucionado Julieta Streetfood?

Después de que estallara la crisis financiera, cuando empezaron a moverse de nuevo festivales y eventos, decidimos tirarnos a la piscina y vimos en el foodtruck una buena oportunidad. Vimos que las hamburguesas eran lo que mejor se vendía en este formato de restaurantes itinerantes y lo apostamos todo a ellas. Queríamos hacer una carta atractiva, con un buen producto que acompañe. Yo haría cocina y Juan Fran se encargaría del trato con la gente. Y así empezamos. Después tuvimos a nuestra hija y a medida que crecía vimos que no queríamos pasar todo el verano viajando, sin apenas verla. Encontramos la terraza de Canet de Berenguer para quedarnos allí dos meses y medio, y así montábamos Julieta. De hecho, también nos alquilábamos un piso y nos íbamos toda la familia. Aquella pequeña terraza funcionaba muy bien y surgió la idea de montar un restaurante pequeñito, sin querer abarcar mucho. Pero el proyecto creció solo. ¿Por qué no iba a funcionar en Castelló si tenemos el mismo clima? Lo bueno de poder montar un restaurante al exterior aquí es que la meteorología nos lo permite. 

Y trasladasteis Julieta Streetfood a Castelló.

Teníamos un pequeño colchón para empezar un Julieta Castellón porque, además de la terraza en Canet habíamos seguido en los eventos con el foodtruck. Viajábamos muchísimo… Pensamos que queríamos instalarnos en un lugar de manera estable. Así aterrizamos por fin en Castelló. Y el invento salió bien.

¿Os esperabais tan buena acogida?

Teníamos buenas expectativas porque aquí la gente es mucho de terraza abierta. Habíamos estudiado la proyección del negocio y no nos lo acabábamos de creer. De hecho, tampoco empezamos esto con el propósito de hacernos millonarios, sino para disfrutar de nuestro negocio y poder vivir de él con tranquilidad.

Y justo a unos días de abrir definitivamente se declaró el Estado de Alarma.

Hemos tenido la mala suerte de no poder vivir ninguna Magdalena. Porque este negocio surgió, en parte, por la Magdalena y ya hemos perdido dos. Nos encantaría montar nuestro propio mesón con ese ambiente festivo, sería espectacular. 

Sacar adelante un negocio en plena pandemia es todo un reto…

Llorábamos de rabia, de impotencia, de disgusto… Estábamos todos sentados escuchando la radio hasta que anunciaran las restricciones. Recuerdo cómo nos sentamos todos en silencio cuando informaron de que se suspendía la Magdalena. Fue muy duro, pero nos lo tomamos con filosofía y nos gusta plantearnos que cuando algo no resulta como lo habíamos planeado, es porque no era el momento. No está en nuestro poder manejarlo todo. 

Después de tomar distancia y perspectiva, ¿cómo afrontáis ahora la situación?

Ahora hemos visto que tenemos unas condiciones óptimas para abrir en pandemia de forma segura. Parece que hubiéramos pensado un “restaurante para pandemia”, porque es todo al aire libre, con mucho espacio y mucha capacidad con suficiente distancia. También es curioso que en los meses que llevamos abiertos no hemos cambiado de personal. Cuidamos mucho a nuestros trabajadores, creemos que es un aspecto importante para que estén a gusto y así conseguimos también que los clientes estén más a gusto.

¿Cómo compagináis la vida personal o familiar con el
negocio?

Confiando mucho en el personal y en el trabajo en equipo. Ahora, por ejemplo, nos hemos tomado los domingos para poder salir a comer toda la familia juntos. A veces es difícil poner límites en un proyecto profesional que a la vez es tan personal, pero es fundamental. Es muy importante tener gente en la que confíes ciegamente  

¿Cómo definiríais Julieta a alguien que no conoce el restaurante ni su concepto?

Julieta es más que un restaurante. La comida está rica y los productos son buenos, pero no quiero conseguir una estrella Michelín, quiero que vengas a pasártelo bien. Es una comida relajada para disfrutar de la experiencia de estar al aire libre, la música, la gente… Es la experiencia de un concepto distinto, simple, relajado. Es pasarlo bien, como cuando quedas con tus amigos para ir a la playa o una terraza.

¿Qué diferencia a vuestra carta?

Al ser extranjeros, nosotros traemos experiencias y sabores que conocemos de otros lugares. Hay muchas cosas que hago yo misma, como las empanadas, con su relleno, su forma, etc. Yo cuando llegué aquí no tenía dónde ir a comer. Y al empezar a ofrecer nuestra propia comida hemos visto que tenía buena aceptación y contaba con esa diferenciación que a la gente le gusta. Probamos e innovamos antes de meter platos en la carta y jugamos mucho con los ingredientes para que no te aburras. Cada vez que vengas a Julieta puedes comer una hamburguesa distinta, o repetir tu favorita. Y no hemos querido perder esa esencia de la comida de calle, pero recién hecha y de calidad. A través del sabor ponemos también de manifiesto otros países, otras culturas, como la nuestra propia.

Food truck sí, pero no lo podemos confundir con comida rápida.

Julieta no es comida rápida y no se ha transformado en el estilo de otras cadenas de este tipo de oferta. Nosotros tenemos un concepto al aire libre, pero con cocina de calidad y platos recién hechos. Además, aquí no tenemos turnos porque no queremos que alguien venga y tenga que comer su plato con prisas. Aquí queremos que se cree la experiencia completa alrededor de la comida. No planteamos algo que no nos gusta que nos hagan a nosotros cuando vamos a otros lugares.

El proyecto que empezó como un modesto take away, o delivery orientado a las fiestas de al Magdalena ha evolucionado hasta convertirse en uno de los restaurantes de tendencia, para todo tipo de público gracias a su ambiente desenfadado que consigue crear una verdadera experiencia con buena comida foodtruck como hilo conductor.