Entrevista con JOSÉ ROMERO

Entrevista con
José Romero

Este año hace justo 20 que José Romero inauguró tasca La Guindilla, el primer local del que acabaría convirtiéndose en uno de los grupos de restauración más grandes e importantes de la provincia. A ese primer local le siguieron otros once, que regenta junto a sus socios y compañeros. En un proceso de crecimiento constante, ya trabaja en un gran proyecto para abrir las puertas de nuevos locales. Es divertido y emprendedor a partes iguales para sacar adelante cada una de sus grandes ideas con el mejor humor. No os perdáis la entrevista que nos ha concedido este hombre And.

Aunque hay mucha gente que ya te conoce, ¿cómo definirías tu trayectoria profesional hasta ahora?

Podría definirla de varias formas. Me considero una persona bastante humilde y es muy importante seguir siendo así. Después de conseguir todos o casi todos mis objetivos profesionales en el sector de la hostelería, considero que sigo siendo el mismo que cuando empecé en mi pequeñita tasca La Guindilla en 2003. Creo que uno tiene que saber de dónde viene. Yo siempre digo que este oficio te tiene que apasionar, al final tienes que hacer lo que te gusta y disfrutar con lo que haces. Lo importante aquí no es solo lo económico, sino la parte emocional y el reconocimiento al trabajo bien hecho, el hecho de creer en lo que haces y que la gente crea en ti y te siga en cada proyecto que hagas. Gracias a eso te das cuenta de que has hecho las cosas bien y ha valido la pena tanto sacrificio. Para mí es muy bonito y gratificante que la gente me pare por la calle para darme las gracias porque ven que la zona ha cambiado y mejorado. Hay muchas más cosas de mi trabajo y detalles de los clientes que realmente me hacen muy feliz.

¿Cuál es tu función dentro de Grupo La Guindilla actualmente? ¿Cómo ha cambiado tu papel desde la fundación del grupo?

Mi función es igual que la de hace 20 años atrás. Es verdad que ahora me ocupo más de la parte de gestión, creatividad, I+D y recursos humanos, entre otras. Pero sigo siendo el propietario y fundador de Grupo La Guindilla, eso a lo que ahora llaman CEO… Evidentemente en cada uno de los locales tengo una parte societaria, con 12 establecimientos sería una locura intentar abarcarlos todos uno mismo. Me siento súper orgulloso de cada socio y solo tengo buenas palabras hacia cada uno de ellos, sin los que no hubiera podido hacer lo que he hecho.

Tras estos años de experiencia y la evolución del grupo has sido capaz de construir uno de los grupos de restauración de referencia en Castelló, ¿cómo ha sido el proceso de crecimiento?

Empecé en 2003 con tasca La Guindilla, una tasca de 60 metros donde he disfrutado muchísimo y que me lo ha enseñado todo. Tras siete u ocho años me di cuenta que me estaba quedando estancado y me animé abrir un segundo local, bodega La Guindilla, en 2009. Estábamos en crisis económica y aun así la aceptación de los clientes fue sorprendente. Para mí, que no tenía estudios de hostelería y que nunca me había dedicado al sector, fue una sorpresa que la acogida fuera tan buena. De hecho, ese fue uno de los motivos que me animaron a seguir creciendo en el sector. Yo venía de hacer bravas, pimientos de Padrón, champiñones, las famosas brochetas y poco más… El proceso de crecimiento, personal y profesional, ha sido muy importante. Después ya vinieron Mercat de les tapes, 15 tapas, Mercado Gin&bar, gastro tasca La Guindilla, Vinería Cru, Shibuya, Playachica, Habanero, BocaPez y, si no me dejo ninguno, por último, Pico de Gallo en Vila-real, además de tasca y bodega.

¿De dónde nacen todas las ideas que implantas en tu negocio? 

En cada proyecto que voy a realizar, siempre tengo la inspiración de cosas que he visto en los viajes gastronómicos que he hecho por el mundo. A partir de esa idea inicial, nos ponemos a trabajar. Volvemos a viajar para ver nuevas tendencias y lo adaptamos a nuestra ciudad. Después, ya es una cuestión de equipo y es cuando realmente empiezo a disfrutar porque voy viendo la ilusión de la gente. A partir de ahí ya empiezo a trabajar con constructores, ingenieros, arquitectos, decoradores, etc., creo que esta es una de las partes más difíciles porque ya implica mucha burocracia, permisos, licencias…

¿Es difícil hacer realidad esas ideas?

Evidentemente la parte de inversión también es, muchas veces, una parte bastante complicada. Como habréis comprobado, en Grupo La Guindilla los locales son totalmente diferentes unos de otros, con estilos diferentes e identidad propia. Es lo que los hace únicos para que no se vean como una franquicia, con todo mi cariño y respeto hacia ellas, pero no era lo que nosotros buscábamos. Lo difícil no es hacer realidad tus ideas, lo difícil es hacerlo aquí en nuestra provincia y que sean aceptadas por los clientes de Castelló. El perfil del cliente de aquí es súper agradecido, pero muy exigente y tradicional, lo que a veces te lo pone muchísimo más difícil, pero es lo que realmente me hace crecer.

¿En qué nuevos proyectos estás trabajando ahora?

Estoy trabajando en el complejo Eurosol, en Benicàssim. El proyecto estará formado por unos ocho o diez locales, todos destinados a gastronomía. Va a ser muy atractivo debido a su ubicación y porque funcionará como un mercado gastronómico en primera línea de playa.

 

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