Entrevista con MASEDA

Entrevista con
Marco Maseda
Previous
Next

Tener un Maseda empieza a ser tarea complicada, teniendo en cuenta la proyección que está alcanzando el artista. El toque flúor y la expresividad de sus retratos han llevado a Maseda a viajar por todo el mundo con su arte, aunque a partir de ahora, únicamente se podrá disfrutar de su obra en la galería Art Lab de Andorra junto a Chris Bower. Hemos podido charlar con él para que nos hable del arte, de su forma tan peculiar de crearlo y sentirlo, y de sus próximos proyectos. En estas pocas líneas es imposible plasmar nuestra conversación, pero podéis empezar a conocer a Maseda. 

Haciendo un repaso a tus últimos proyectos, nos encantaría que nos contaras en primera persona esos hitos de tu carrera. Háblanos, por ejemplo, de la gala Starlite, donde pintaste en directo el retrato de Antonio Banderas. ¿Hubo algo que te sorprendió? ¿Alguna anécdota que se pueda contar?

La gala Starlite fue un evento genial. Realmente no pinté todo el cuadro allí, porque solo tenía 15 minutos para estar en el escenario. Así que lo llevé preparado y allí le di el toque flúor en directo. Como anécdota, lo único que podría decir es que esperaba que el traje de torero Roca Rey arrasara en la subasta benéfica, pero me sorprendió que mi obra pudiera recaudar más. Este es el primer año que nos invitaban a la gala, y la verdad es que creo que han quedado muy contentos. 

Tu proceso de creación es todo un espectáculo en sí mismo y a menudo pintas en directo en eventos de élite de este tipo. También has estado en la One Night Only de la MTV. ¿En qué consistió tu intervención?

Esta gala fue muy divertida y tuvo más acción. Estuvimos en Manhattan, en la iglesia San Juan el Divino, y dentro se montó todo un espectáculo. Cantó un grupo gitano con la banda de los Rolling Stones, mientras yo estaba pintando en una capilla el retrato de El Padrino, y en este caso sí que lo pinté entero íntegramente. A la vez, una orquesta de cámara tocaba la banda sonora de la película en directo, aunque yo iba con cascos y no me enteraba de nada. También estaba allí Bob Bakish, el CEO de Paramount y de MTV, y finalmente el cuadro cuelga de su despacho.

¿Cómo te preparas para un evento así?

Mira, si me hicieran cantar, o tocar la guitarra, podría ponerme nervioso, porque no sé hacerlo. Pero como lo que hago, es lo que sé hacer, para mí es tan natural como andar. Yo llego con el cuadro bocetado, me descalzo, me pongo mis cascos, y empiezo a pintar como si estuviera solo. El mundo real se para para mí. De hecho, no sé las horas que pasan, no tengo hambre, no soy consciente de nada, es como una meditación.

¿Qué tipo de música escuchas? ¿Te influye mucho a la hora de pintar?

¡Uff! es un escándalo. Mi “playlist” es lo más loco que te puedas imaginar. Encuentras desde flamenco hasta el “rock” más bestia, pasando por pop de los 90. Es todo un caos, pero sin ella no podría pintar. El tipo de canción que estoy escuchando me influencia mucho y se refleja en mi pintura; por eso, si me pusiera a escuchar una determinada música cuando no toca, sería capaz de destrozar el cuadro. Puedo pintar una media de doce o quince horas al día, y a veces no tengo ganas, pero es poner la “playlist”, y puedo empezar a pintar, sin ella creo que pintaría la mitad. 

Tu arte te lleva por todo el mundo, pero también rodearte de personas como Pino Saglioco, tu mánager. Cuéntanos cómo es trabajar con él. ¿Qué está aportando a tu carrera?

Pino es uno de los mayores promotores musicales del mundo. Él es un loco, pero es un genio, y es perfecto para trabajar con artistas. Siempre estoy pensando en cosas nuevas, pero soy muy obsesivo con lo que quiero hacer y cómo lo quiero hacer, y él está dispuesto a todo. Además, me ha aportado contactos de una manera brutal. Tiene una casa enorme y siempre hay gente invitada, como Martin Garrix, Maluma, Shakira, Lenny Kravitz, Naomi Campbell… Pero lo que le caracteriza es que lo vive con total normalidad. Conocí a Pino en el rodaje de del documental de Ángel Nieto. Me lo presentó JJ Santos, un gran amigo, y me pidió si yo podría pintarle una foto que tenía en casa. Le gustó tanto el resultado que acabamos trabajando juntos. Él nunca ha colaborado con un artista/pintor, por ello soy un afortunado de que Pino haya elegido trabajar conmigo.

Has mencionado el documental de Ángel Nieto, y nos impactó bastante tu aparición. Haces de hilo conductor de la miniserie. ¿Cómo has vivido tú a nivel personal esa experiencia? También te da mucha visibilidad, ¿no?

Ha sido una experiencia cañera. Un viernes me estaba llamando JJ Santos, que es uno de los artífices de este documental, y el domingo estaba en Ibiza rodando el documental. Elegí la foto de Ángel Nieto, me presentaron a todo el equipo de grabación y fue increíble. Estuve nueve horas pintando al sol, empecé el cuadro por la mañana, y cuando acabé, el sol estaba a punto de ponerse. Decidí hacerlo de tirón. Podría haber vendido el cuadro, pero esta fue una de las veces que decidí donarlo a la familia. El hijo se emocionó muchísimo, y creo que fue lo que tenía que hacer. Siempre que alguien me pide un consejo para la vida, yo le digo a la gente que tiene que dar. Para recibir éxito, tienes que dar primero. Y, a veces, tienes que dar mucho, hasta decir basta.

Actualmente trabajas en la Galería Art Lab de Andorra junto a Chris Bower. ¿Cómo es tu trabajo allí? ¿Es muy diferente a todas estas experiencias que nos has ido contando?

Chris es un empresario apasionado del arte que lleva galerías desde el año 91. Hemos hecho un “quid pro quo” con él y con Pino y, como está entusiasmado con mi trabajo, va a adquirir la obra íntegra. Va a ser el que tenga la colección más grande y única de Maseda. Me quiero centrar solo en que una galería pueda vender mis cuadros, y quiero apostar por Chris y su galería, porque él está apostando por mí. Siempre he pensado que mi pintura es buena porque lo doy todo, y si personas como Chris o Pino, que pueden elegir a quien quieran, se han unido para potenciar mi arte, me hace sentir muy bien, y me da seguridad. 

¿En qué proyectos estás trabajando que se puedan contar?

Estoy acabando la colección del Club de los 27, los siete artistas más conocidos que murieron con 27 años por sobredosis o suicidio. Se presenta próximamente en Madrid y será itinerante por varias localizaciones de España. Hemos incluido a Jean – Michel Basquiat, Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Amy Winehouse y Brian Jones. He estado trabajando en ella durante 6 meses, en los que se ha filmado todo el proceso artístico, así como entrevistas hablando de arte de los personajes de los cuadros. Por otro lado, estoy trabajando en otro gran proyecto, pero todavía no puedo dar detalles. 

Eres de Castelló, ¿mantienes algún vínculo con la ciudad?

Sí, nací aquí, pero hace ya muchos años que hice la última exposición aquí, y no creo que vuelva. Odio que no se ayude a los artistas porque es el trabajo más difícil del mundo para ganarse la vida. Cuando terminé la última exposición dije que no volvería a exponer aquí, porque, ni yo podía aportarle más, ni Castelló me podía aportar más a mí. No es que reniegue de la ciudad, pero siento que no le debo nada, aunque sea donde he nacido. Nadie es profeta en su tierra. Yo tampoco. 

Tu estilo es muy particular, ¿en qué se diferencia un Maseda?

Los críticos de arte y los coleccionistas coinciden en que, cuando ves un Maseda, lo vas a reconocer en cualquier parte del mundo, y eso es algo muy complicado de conseguir. Puede parecer que es porque le doy el toque de fucsia, pero muchos pintores usan flúor en los cuadros. Pienso que el artista va en evolución, y si sigue el proceso natural de creación, el cuadro seguirá teniendo su esencia. Hay un aura que acompaña mucho a mis cuadros. Creo que tiene que haber un discurso real y en mis cuadros lo hay, por eso es reconocible, y los galeristas lo valoran.

¿Imaginabas cuando empezaste que llegarías hasta aquí?

Sí. No te voy a engañar. ¿Sabes por qué? Porque nadie daba un duro por mí, y es entonces cuando te encabezonas más. Yo pinto desde niño, ya me echaban de clase por hacer caricaturas de todos los profesores. Siempre he creído en mí más que nadie, y siempre he pensado que lo que hacía lo tenía que ver todo el mundo. 

¿Qué sientes cuando acabas de pintar un cuadro?

Cuando acabo de pintar un cuadro tengo una ansiedad que me muero. Es un subidón que me deja agotado, pero no puedo descansar, es como una pasión loca. Además, paso por un proceso al que llamo la cuarentena, en el que, cuando creo que estoy a punto de acabar el cuadro, le hago una foto, y me paso las noches mirándolo como un psicópata. De hecho, uno de los secretos más complicados de la pintura es saber cuándo parar un cuadro para que quede realmente espontáneo.

¿Qué ocurre cuando te equivocas pintando?

Ninguno de mis cuadros tiene una sola rectificación. Yo no pinto con blanco, el blanco que se ve es el lienzo. Entonces, si un cuadro falla, lo tengo que tapar y descartar. Pero, en toda mi carrera, llevaré más de 600 o 700 retratos hechos, y creo que he tapado unos tres.

¿Qué le dirías a la gente que dice que no va a los museos porque cree que no entiende de arte?

Tenemos una concepción muy equivocada de los museos. Dentro de un museo todo lo que hay no es arte. Porque el arte, descontextualizado de donde está, tiene que seguir siendo arte. Si tú coges un cuadro mío y lo pones en el MOMA, es arte; si lo dejas en una parada de autobús, también es arte; y si lo tiras a la basura, alguien pasará y se lo llevará, porque lo verá como arte. Como ocurre con cualquier otra cosa, cuando ves arte sabes si te gusta o no, y que nadie te diga lo contrario.

 
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.