Entrevista con Nacho Canós

Entrevista con
Nacho Canós

Nacho Canós es un alma viajera que, junto a su cámara, ha recorrido medio mundo capturando momentos, historias, recuerdos… Lleva años en la familia And y esta vez nos habla de su trabajo como fotógrafo de bodas, pero también de su nuevo estudio, la pasión por la fotografía arquitectónica y la relación tan especial con su profesión.

¿Cómo dirías que ha evolucionado tu carrera profesional hasta ahora? 

Desde que decidí dedicarme a la fotografía lo he disfrutado y he experimentado un crecimiento exponencial a nivel de calidad, número de clientes y satisfacción con los resultados. Empecé mi andadura en la prensa, y poco a poco fui adentrándome en el mundo de las bodas en Castellón. Decidí entonces montar un estudio, que aún mantengo a día de hoy. Ahora mismo, considero que he conseguido posicionarme y la gente me conoce, a mí y a mi trabajo, y recibo buenas opiniones de las parejas, lo que me hace seguir creciendo y disfrutando. 

Tras años de experiencia, ¿cómo dirías que es tu relación con la fotografía? 

Tengo la suerte de no considerarlo un trabajo, de dedicarme a mi “hobby”. Disfruto mucho el trato con la gente, y me encantan las bodas. Poder ser parte de ese día tan especial, rodeado de la familia y los amigos de los novios, y ser el encargado de inmortalizar cada momento, es todo un placer. Tengo un trato muy cercano con ellos, y me implico mucho en su proceso hasta el gran día. Pasamos tanto tiempo juntos que pasan a ser más que clientes.

¿En qué consiste tu trabajo como fotógrafo en ese día tan especial para sus protagonistas?

Para mí, la clave es ser capaz de presentarles la historia de su boda sin parecer que haya estado presente, y sobre todo sin hacerles posar. Intento hacer la boda lo más natural posible, y esa habilidad me la ha proporcionado la prensa. He tenido que capturar momentos y moverme sin interactuar con la persona, y gracias a ello consigo sacar fotos espontáneas y naturales.

Recientemente has inaugurado un nuevo espacio de trabajo, ¿qué te permite este nuevo estudio?

Afortunadamente, cada vez trabajo más fuera del estudio, pero necesitaba un espacio en el que poder ofrecer más calidad en el trato con mis clientes. Por ello, he decidido trasladarme a un estudio más céntrico, más grande y con mejores accesos, para poder trabajar con cita previa y dedicarme a nuevos proyectos de fotografía de estudio. Ahora estoy trabajando mucho en sesiones infantiles, con niños y niñas de hasta 10 años, y me impresiona ver el potencial que tienen delante de la cámara.

¿Qué otra modalidad de la fotografía te hace disfrutar más?

En paralelo a la fotografía social, llevo casi 15 años trabajando en proyectos de arquitectura. Tenemos la suerte de tener ubicadas en Castellón las principales industrias cerámicas a nivel nacional. He conseguido viajar con varias empresas de renombre en el sector, para fotografiar sus proyectos por toda Europa. Por otro lado, trabajo con inmobiliarias ofreciendo fotografía de alto rango dinámico y calidad con servicios como el 360º, o las visitas virtuales.

Tu pasión por la fotografía te ha llevado a viajar por todo el mundo con la cámara.

Me encanta viajar, y siempre me llevo mi cámara de carrete. Volver a la fotografía tradicional es lo que me hace vivir otra vez. En esos viajes he podido vivir grandes experiencias y crear proyectos tan emocionantes y especiales para mí como una exposición de la Segunda Guerra Mundial, con fotografías del antes y el después de distintos campos de concentración. Para ello, conseguí que el Museo de Cataluña me concediera las imágenes de Francisco Boix, el fotógrafo español que fue deportado al campo de concentración de Mauthausen. Desde allí se encargó de inmortalizar los horrores que vivieron los españoles que se encontraban presos, y en la exposición pude exponer en paralelo sus fotos y las mías. He estado también en la India, el Amazonas, México, Cuba, Costa Rica y varios países de África, capturando historias y momentos maravillosos. Todo esto se lo debo a mi padre, que es el que me dejó su cámara por primera vez y me abrió los ojos. Además, tengo a la mejor compañera de viaje. Paula, mi mujer, me ayuda en todo y me apoya incondicionalmente.

Obturados
Calle Mayor, 82-84, entresuelo 27
Castellón · 696 72 66 79
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