Entrevista con Noemí Garrido

Entrevista con
Noemí Garrido
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Noemí Garrido López nació en Alcora (Castellón) un 29 de marzo de 1992. Con una fascinación temprana por el mundo del motor, heredada del Rally de la Cerámica (una competición de la localidad), Noemí ha cultivado una carrera que combina su amor por la adrenalina con aficiones tan dispares como la fotografía, el modelaje o el deporte. A pesar de haber estudiado y ejercido como técnico en farmacia durante una década, su corazón siempre ha latido al ritmo acelerado de las competiciones de “rally”. Este interés se acentuó todavía más cuando conoció a su actual pareja, Adrián González. A raíz de ahí, sus gustos similares la impulsaron a profesionalizarse en el sector con cursos privados y con la experiencia de expertos del “rally”. Desde entonces, su trayectoria ha abarcado tanto campeonatos nacionales como internacionales, mientras compaginaba su pasión por el motor con su compromiso en el sector farmacéutico.

¿Qué hay de esa Noemí de cuando eras pequeña?

En general, sigo teniendo esa niña dentro de mí. Tampoco he cambiado mucho, sigo siendo muy risueña y teniendo esa ilusión que caracteriza a los más pequeños. Pero, quizás, lo que más me caracteriza es mi inocencia: peco de ser muy confiada. Desde que tengo uso de razón, me ha gustado mucho el mundo del deporte. Tenía muchas ganas de aprender y he tocado prácticamente todas las ramas: fútbol sala, básquet, pádel, natación… Soy muy inquieta, a cualquier novedad yo me apunto [risas].

¿Cuál consideras que es tu mayor fortaleza como persona y cómo lo has plasmado en esta actividad?

Creo que mi mayor fortaleza es la capacidad para trabajar y aprender. Soy una persona bastante polivalente y presto mucha atención a mi crecimiento personal y profesional. También considero que soy algo competitiva. Al fin y al cabo, ganar es el objetivo que más motiva, por eso uno lucha cuando quiere ganar. Obviamente, siempre con respeto y confianza ya que, en el mundo del “rally”, es esencial. 

Has quedado primera en el campeonato de la Comunidad Valenciana 2021/2022 y segunda en el de Aragón. A menudo se destaca la figura del piloto, pero está claro que el resultado depende también del copiloto. ¿Qué funciones desempeñas?

Al final, es un trabajo conjunto: si falla uno, falla el equipo. Esta profesión conlleva muchas horas en la carretera y, por ello, la compenetración y la confianza son elementos clave. Para ser un buen copiloto es imprescindible tener una buena entonación, medir muy bien los tiempos y tener una buena comunicación, entre muchas otras funciones. Además, crearse un código propio que sirva como un vínculo de unión entre el copiloto y el piloto no es tarea fácil. Cada giro, cada obstáculo, cada cambio repentino exige una respuesta inmediata y precisa, y es este código el que asegura que la sincronización y la anticipación lleve al equipo hacia la victoria. Por eso, mi principal función es ser rápida y precisa con el lenguaje, así como transmitir seguridad, mantener la calma y, en definitiva, sentir la adrenalina sin dejar de mantenerlo todo bajo control.

¿Hay algún momento o persona en particular que te haya inspirado a introducirte en el apasionante mundo del “rally”? 

Mi primera experiencia en este deporte se produjo gracias a mi pareja, Adrián. Como gallego, lleva esta pasión en la sangre desde su infancia, al igual que yo. En Galicia, hay mucha afición por el mundo del motor. Y, por lo tanto, fue un interés mutuo que nos unió a los dos. Además, Adrián quería ser piloto desde que era niño y me propuso la idea de restaurar un Renault Clio 16V para competir. Es así como apostamos por este proyecto común y ¿por qué no?, me convertí en su copiloto. Al siguiente año, en 2018, ganamos el Campeonato de Rallyes de Vehículos Históricos de la Comunidad Valenciana y, actualmente, estamos preparando un Subaru para poder competir en “rallies” de tierra. 

¿Y sigues formando equipo con él?

No a nivel profesional, pero sí que seguimos formando equipo y compartiendo carreras. Con él me adentré de lleno en este mundo y me interesé en profesionalizarme. Realicé varias pruebas con otros pilotos y, a partir de entonces, comenzaron a fijarse en mí. Es aquí cuando Toni Ariete contacta conmigo para formar equipo y me lancé a la aventura hasta el día de hoy. Al pertenecer a un ámbito más profesional, me rodeé de personas expertas en el sector, con una gran soltura y control en la carretera, lo que me permitió mejorar y sentirme inspirada. 

¿Y qué hay de tu familia?

Mi familia ha sido un pilar fundamental. Se han alegrado y me han acompañado en todas las carreras. Sin cuestionar mis decisiones, siempre han estado ahí y me han mostrado su apoyo. En la mochila, siempre llevo conmigo varios amuletos que me han regalado familiares y amigos como símbolo de protección. Por ejemplo, una ranita o una pulsera de turmalina. De esta forma, si me regalan cualquier objeto cargado de buenas energías, siento que tengo un poquito de suerte extra. 

Tu equipo con Adrián se hace llamar “Los Sapoconchos”, ¿de dónde viene?

Esa palabra significa tortuga en gallego. Como comentaba antes, mi pareja es de Galicia y, para dar nombre al equipo que formamos en conjunto, decidimos buscar una idea original que entendiéramos solo los del equipo. Por ello, quisimos jugar con la contradicción de la lentitud de las tortugas y la velocidad del rally. 

Teniendo en cuenta tu presencia en las redes sociales, nos gustaría que compartieras con nosotros tu experiencia en el deporte, especialmente fuera del mundo del rally. ¿Cuáles son los deportes que más practicas?

Para mí el deporte es calidad de vida, te relacionas con gente, mejoras tu autoestima, te superas… es sano y necesario. A día hoy, fuera del mundo del motor, me llena de vida el acroyoga y, sobre todo, los deportes de montaña, como el ciclismo y el alpinismo. Es más, estoy segura de que si mi principal pasión no fuera el “rally”, me dedicaría a ser guardia civil especializada en rescates de montaña. Estar entre la naturaleza me hace desconectar, me da mucha paz.

Y, por último, ¿hasta cuándo te gustaría dedicarte a este deporte?

Este año he decidido darme un “año sabático”. Eso no significa que quiera dejar el “rally”, pero es necesario hacer pausas porque un campeonato siempre requiere de mucho esfuerzo, preparación y dedicación. De todas formas, mi próximo objetivo es volver a las carreteras y ganar otra competición. Esta afición me hace sentir viva y motivada porque no es un sentimiento individual, sino que compartes esa emoción con tu gente. Lo tengo muy claro. Mientras el cuerpo responda no hay límite de edad. Lo importante es tener ganas.

 
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