JAVIER MAS

El escritor castellonense siempre ha tenido claro que la historia ocupa un lugar preferente en la cultura y en el día a día de las personas. Por eso, decidió hace años transmitirla a través de la literatura. Alternó la docencia y el mundo empresarial con la literatura, hasta ocupar, poco a poco, un lugar destacado en el panorama nacional. 

La última de sus apuestas es un electrizante recorrido por la España del siglo XV a través de una reina, Isabel de Portugal; una noble, Juana de Pimentel; y una monja clarisa, Sor Isabel de Rivera. Una perfecta simbiosis entre la novela negra y la novela histórica que la editorial Almuzara ha lanzado como gran apuesta para el segundo semestre del presente año.

Javier, ¿un nuevo reto literario o la consolidación de una carrera entre letras?

Bueno, desde joven he pensado que nos debemos mover por metas constantes que sepamos que, aunque difíciles, podemos alcanzar. Para mí, cada novela es un reto en sí mismo. No sólo por el tema, sino por el planteamiento literario que realizo. Cada vez que escribo, busco aprender, desarrollar ideas que puedan aportar algo al lector, más allá de la historia. Por tanto, no siento que me haya consolidado como escritor. El día que piense así, en realidad será porque no tenga nada que aportar a quienes leen mis libros.

¿Es tan complicado escribir una historia como parece desde fuera o son las musas las que llevan todo el peso del trabajo?

Yo soy de los que cree que para escribir bien hay que leer mucho primero. Y después, hay que escribir mucho más. Ya por último, meterte en faena. Ese trabajo es durísimo. Estructurar una historia, darle forma, contenido, evitar errores narrativos, contradicciones, mantenerse en la realidad de lo que ocurrió y, sobre todo, entretener, es muy complicado. Para todo eso, no hay musas que valgan. Quien diga lo contrario es posible que no obtenga un buen resultado. Así que, cuando alguien se siente frente al papel, que sepa que antes de escribir la primera frase debe realizar un trabajo previo.

¿Te habías planteado alguna vez ser escritor de novela histórica?

Pues no, la verdad. Creo que la vida te va guiando por caminos que nunca hubieses pensado. Yo siempre había querido investigar la historia, no novelarla. Pero después de dedicarme a lo primero, alguien me retó a lo segundo. Y aquí estoy, en el difícil proceso de aprender a escribir. Porque a escribir nunca se llega a saber del todo.

¿Cómo surgió la idea de escribir sobre mujeres de la historia de España?

Pues, paradójicamente, a través de un hombre. Estaba investigando la vida del Papa Luna y descubrí a una mujer tan interesante como la reina María de Castilla. Y cuanto más la estudié a ella, más mujeres aparecían. Hasta la llegada de los Austria al trono de España, en nuestro país la mujer había ocupado un lugar destacadísimo, tanto en espacios de poder como en la cultura o los negocios. La sociedad española era abierta, dinámica, integradora. Todo eso se trunca con Carlos I y, más tarde, con los borbones, que son espacialmente machistas.

¿Qué buscas o qué esperas del lector de tus novelas?

Yo busco entretener. Así de fácil. La lectura debe ser siempre agradable, entretenida, que te enganche. Si eso no se consigue, para mí es un fracaso. Siempre digo que cuando un libro no nos hace que corran las horas, lo mejor es dejarlo. Quizás por eso la dinámica, el ritmo que busco en mis novelas es tan cinematográfico. Quiero velocidad, expectación, mantener en un constante entretenimiento al lector.

Ahora que no nos lee nadie, ¿es Castellón una ciudad y una provincia literaria?

Jajaja, sin duda. No por los escritores que hayan trascendido los límites de nuestra provincia, sino por ese burbujeo incesante de personas anónimas que quieren escribir, que desean contar historias y que se mueren porque las lean. En Castellón hay muchas personas que escriben sin ningún interés profesional o sin ningún ego y que van viendo poco a poco la luz. La literatura no son premios o pequeñas tertulias, no está subvencionada ni condicionada por lo público. La literatura de verdad es aquella que está entre la gente, en sus vivencias y en su necesidad de contar cosas, desde cuentos hasta relatos de sus vidas.

¿Qué nos espera en tu nuevo libro, La reina de Espadas, que presentas este mes de junio?

Os espera entretenimiento. Os espera historia. Y os espera descubrir a dos de las mujeres más poderosas y fuertes de la España anterior a los Reyes Católicos. A partir de ahí, pues asesinatos, catedrales, intrigas de palacio y misterio, mucho misterio con la espada de San Fernando. La verdad es que ha sido una edición tan bien trabajada y tan bien planteada por la editorial, por Almuzara, que estoy seguro va a resultar, cuanto menos, llamativa. Ya estoy esperando ansioso las críticas de los lectores. Eso siempre alimenta al escritor.