La regla de los 3 colores

by Gonzalo Navarro

La regla de los 3 colores es una excelente guía para crear “looks” equilibrados, armoniosos y sofisticados sin mucho esfuerzo. Este truco tan sencillo nos puede ayudar en el día a día con los temidos “¿qué me pongo?”. 

Esta regla la solemos utilizar durante todo el año, pero es en época otoño/invierno cuando más uso le damos. Nuestros armarios y vestidores aumentan en el número de prendas en esta época, ya que necesitamos abrigarnos por la bajada de temperaturas, y es aquí cuando muchos días empieza el caos visual sin saber bien cómo combinar o que ponernos. 

El “layering” juega un papel fundamental y, aunque muchas veces lo incorporemos de forma involuntaria a la hora de crear nuestros “looks”, vestir por capas se convierte en la opción perfecta para hacerlo bien y, sobre todo, para enfrentar la bajada de temperatura y los cambios bruscos que se producen al cambiar de localización y salir a las frías calles. Y es ahora el momento de aplicar la regla de los tres colores. 

Esta regla triunfa tanto porque simplifica las combinaciones y te permite mezclar diferentes prendas y accesorios sin preocuparte que los colores choquen entre sí. Para ello recomendamos que las prendas base del “look” sean en colores neutros, por ejemplo en un “look” informal podría ser unos vaqueros con camiseta blanca, una blazer negra o de un color más llamativo si va con nuestro estilo. 

Toda persona con estilo tiene esta regla en la cabeza a la hora de vestir y aquí te voy a dejar algunos consejos para que empieces a aplicar esta regla en tú día a día.

1. Elige tu color base. Este será el color principal de tu “look”. Puede ser un tono neutro como el negro, blanco, gris o beige. 

2. Agrega un color secundario. Este color debe complementar al color base. Puedes optar por un tono que esté en la misma familia de colores o uno que contraste de manera armoniosa. Por ejemplo, si tu color base es azul, un color secundario podría ser un amarillo suave o un gris.

3. Incorpora un tercer color: Este puede ser un toque que le dé vida a tu “look”. Puede ser un color más potente. Por ejemplo, si tus colores base y secundario son azul y gris, podrías añadir un accesorio en rojo o un estampado que incluya esos colores.

Recuerda que la clave está en la armonía y en sentirte cómodo con lo que llevas puesto. ¡Diviértete experimentando con diferentes combinaciones y encuentra tu estilo único!

 
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