MARINA BELTRÁN

Marina Beltrán

Marina Beltrán es una mujer emprendedora y con iniciativa que ha hecho de su pasión, no solo su trabajo sino también su afición. Se introdujo en el mundo de los bolsos a través de la tienda que regentó durante más de 25 años en Castelló y luego decidió hacer sus propios diseños con su marca Marina Beltrán Sacs. Ahora, jubilada, y tras una formación autodidacta, continua manufacturando sus creaciones de manera totalmente artesanal.

A grandes rasgos, ¿cómo describirías tu trayectoria profesional?
Durante 25 años tuve una tienda de bolsos en Castelló que era preciosa, con grandes marcas, y que tuvo mucho éxito. En la época de crisis económica y con la llegada masiva de productos de otros países de bajo coste y calidad, cerré la tienda. En ese momento empecé a ir a mercadillos donde encontraba telas muy bonitas, empecé a pensar lo bonitos que quedarían bolsos con esos materiales. En ese momento me compré una máquina de coser y me enseñaron a pasar el hilo, porque yo no sabía coser. Y desde entonces no he parado de hacerlo; paso horas y horas sin darme cuenta. Tener algo en la cabeza y poderlo realizar con mis propias manos me parecía como una especie de milagro. Ver que yo tenía un diseño de bolso y, con un mínimo de técnica, se podía convertir en realidad, estaba entusiasmada. Entonces fui a las tiendas a ver si alguien los quería vender y empezaron a gustar, yo veía que la gente los apreciaba. Nunca he querido montar una gran industria, sino hacer realidad mis diseños. Ahora se ha convertido en mi afición y me produce verdadera satisfacción.

Con Siena tuviste éxito en este sector, ¿cómo fue esa etapa de tu vida?
La tienda se llamaba Siena y fue una etapa fantástica. Implicaba vender un producto muy bonito, viajar mucho para visitar ferias en Francia o Italia, y la verdad es que el negocio me fue bien. Conocí a mucha gente y me adentré en el mundo de la moda, que era muy divertido. Los años en la tienda me han enseñado, fundamentalmente, a hacer lo que hago ahora. Me enseñó a conocer el porqué de los detalles, las costuras, asas más largas o más cortas, la comodidad de los bolsos… aprendí el oficio de lo que después he sido.

¿Y cómo decidiste hacer tus propios diseños?
Siempre he sido gran aficionada a los mercadillos y todo tipo de rastros, pero cuando tenía la tienda no podía ir mucho. Una vez cerrada la tienda, pude dedicar más tiempo a ello y en una ocasión vi unas sedas buenísimas, de marcas muy importantes. Me di cuenta de que eran rollos de pañuelos de seda italianos y eran una verdadera joya. Empecé a comprar unas y otras, a entusiasmarme con ellas hasta tener mi casa llena de telas de seda. Empecé a hacer kimonos y ropa. Luego encontré otro tipo de telas más resistentes, más fuertes, como para zapatos o textil… eran una maravilla. Encontré unas telas fantásticas y pensé en hacer bolsos.

¿Cuál es tu estilo como diseñadora?
Mis diseños surgen de coger un trozo de tela para empezar a cortar, doblar y coser. No tengo patrón. Nunca hago dos bolsos iguales, para mí eso sería un problema, de hecho no sabría cómo hacer dos bolsos exactamente iguales… Cada bolso es una creación que hago realidad con mis manos a partir de una idea en mi cabeza. No sabría definir un estilo concreto, pero sobre todo son bolsos informales y muy grandes, se podría decir que hago sacos más que bolsos. Utilizo tejidos muy naturales como linos o algodones, sedas, algún refuerzo en piel y los forros siempre de seda natural.

¿Cómo consigues los materiales?
Siempre los elijo yo personalmente. Fundamentalmente me baso en materiales que encuentro; me gusta ponerme el reto de hacer un bolso a partir de lo que tengo, como un juego. Me gusta encontrar telas originales que me inspiren.

Tras varios años como diseñadora, ¿cómo ves que ha evolucionado tu colección?
Al principio me salían fatal, la verdad. Yo no tenía técnica y a veces incluso se me rompían. Ahora no se rompe ninguno. Voy aprendiendo a hacer cosas distintas y trucos para conseguir mejores resultados, además me fijo mucho para coger ideas y poder aplicarlas. Soy totalmente autodidacta y he ido aprendiendo el oficio hasta conseguir resultados profesionales.

Una máquina de coser, una remachadora y unas tijeras son los aliados de Marina Beltrán para hacer realidad sus diseños. Sus creaciones son complementos originales y exclusivos. Tras años de aprendizaje y mucha práctica, consigue unos resultados profesionales en sus sacos, de estilo informal y gran tamaño. Todo el proceso de creación es para Marina Beltrán una verdadera terapia a la que dedicar su tiempo.

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